sábado, 21 de diciembre de 2013

Vivir en la muerte

Los días no parecen pasar jamás, siento que vivo en un instante detenido en el tiempo, un instante espectral, un instante muerto. El silencio jamás se rompe, las sombras jamás se mueven y las puertas de tantas casas de piedra jamás se abren, aquellas puertas de los vecinos que viven de fiesta, una fiesta callada de siglos en que celebran el silencio y el descanso eterno ocultándose en lo profundo de cada muro, de cada edificación, de cada espacio de tierra, sé que me rodean y, sin embargo, nadie parece seguir existiendo.
       
        Y yo vago aquí en soledad, recorro los eternos caminos y descanso en los interminables parques, me pierdo en las tinieblas y me vuelvo a encontrar con la llegada del día, soy alma solitaria, espíritu que descansa en la eterna caricia de la paz, sueño de vivos, vida de muertos, noche final de la que jamás llegaré a despertar.
       

Rafael D'Heredia

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